“Usted es el primero que la abre”
Se estremeció al oír la voz a su espalda. Era Juan, el anciano que parecía pertenecer a la casa, casi tanto como las paredes, las puertas o el mismo tejado. El conocía mejor que nadie la historia de su familia. Desde que era capaz de recordar, siempre había estado allí. “Era de ella”, volvió a decir Juan.
Se estremeció al oír la voz a su espalda. Era Juan, el anciano que parecía pertenecer a la casa, casi tanto como las paredes, las puertas o el mismo tejado. El conocía mejor que nadie la historia de su familia. Desde que era capaz de recordar, siempre había estado allí. “Era de ella”, volvió a decir Juan.
Cerró la caja. Demasiado impresionado y demasiado tarde para
arrepentirse. Ya nunca olvidaría aquella imagen, esa especie de víscera
carcomida por los años. Junto a ella una nota de pulcra caligrafía, casi
infantil.
Te doy mi corazón.
Amelia.
Asun©14 de enero de 2015-01-20
imagen recogida en la red