Aunque vivo en Madrid, una de las
ciudades más grandes de España, obviamente, como su capital que es, tengo la
suerte o la desgracia, según a qué horas de escuchar y admirar una gran
variedad de fauna ibérica voladora. Aves, en una palabra, pajarillos o
pajarracos.
Suerte los fines de semana cuando no hay
toque de diana de despertador para levantarse, y se puede, desde la pereza de
la cama, escuchar una avalancha de sonidos procedentes de ellas. Y desgracia el
resto de los días, que una hora antes del fatídico sonar del reloj, te
despiertas con semejante algarabía, y solo piensas en la hora de sueño que te
están robando.
Pues
desde hace unos días hay una vocecilla, graznido, silbido o lo que sea nueva
destacando entre el habitual y conocido barullo que se organiza al amanecer.
Sobresale entre las demás, es como uno de esos loros domésticos que ha
aprendido a imitar voces, y a silbar. Lo que se oye en el patio, o es uno y él
mismo se llama y se contesta o son varios, y se hablan entre sí. Muy curioso,
desde luego, sobre todo porque aún no hemos conseguido verles, solo oírles.

Y saqué la conclusión de que se habían
escapado del aviario de un parque
temático que abrieron cerca de casa. Lo cual me pareció bien, ¿a quién le
gustaría vivir encerrado, por muy grande que sea la jaula?

De nuevo yo no he llegado a verlos, pero
he escuchado perfectamente su cantar, por llamar de alguna manera a esos
chillidos, a medio camino entre graznar, vocear y silbar. No cabe duda de que se trataba de los nuevos
habitantes de mi universo, el trocito que me corresponde ver y oír desde mi
ventana, cuando amanece en esta mi ciudad, Madrid.
Asun© 14 de julio de 2012
asun es un gran placer leerte dia a dia eres un amor besos carlos
ResponderEliminarCarlos tu si que eres un amor de lector.
EliminarBesos madrileños.
Yo tengo la suerte de ser despertado cada día por el piar de cientos de pajarillos de todas clases que anidan en el roble centenario que tengo al lado de casa...no hay mejor despertar, y me alegro por tus nuevos vecinos, al final, uno se acostumbra a ellos y cuando se esta lejos...se echan de menos...un besote preciosa.
ResponderEliminarGracias Fibo, veo que te pasa como a mi, esa nube de pajarillos, que tu nombras es muy ruidosa, al amanecer parece que se vuelven locos, pero es verdad que es una suerte.
ResponderEliminarUn beso y gracias por tu visita.
QUE PEDACITO DE UNIVERSO TAN MARAVILLOSO!!!
ResponderEliminarGracias AMIGA :)
GRacias a ti por esta visita, tu blog me encantó, y volveré muchas veces, pues tus ideas son muy buenas, y pueden hacernos triunfar en cualquier ocasión.
ResponderEliminarBesos.