Estoy
en el salón de casa, saliendo de la morriña que me invade después de comer y
viendo con asombro que estamos llegando a las 6 de la tarde. Oigo ruidos en la
cocina y sé que es mi hija que hace un alto en su tarde de estudio, para
estirar las piernas y tomar un refrigerio, ya que ella ha comido pronto y está
en uno de sus habituales maratones de estudio, que consisten en no despegarse
de los libros o los apuntes, bien en la biblioteca o bien en su habitación de
casa. Claro lo habéis adivinado, yo estoy muy orgullosa de ella, es todo lo que
se puede desear en una persona y no digamos en tu propia hija. Lo que yo diga
es tan subjetivo que lógicamente no lo podéis tener en cuenta. Pero ella es
guapa, responsable, educada y con un alto grado de empatía, compasión y bondad.
Unido a una fuerza de voluntad y amor propio, que le hace tirar hacia delante y
buscar no ya el triunfo en las actividades que acomete, sino la excelencia.
Y
dicho esto, os preguntaréis a donde quiero ir a parar, es mi objetivo presumir
de niña?
No,
aunque un poquito de orgullo de madre sí que hay, claro.
Este
preámbulo es para llegar al tema que me ocupa hoy: La irresponsabilidad social
en ciertos temas. Concretamente en el ámbito comercial.
Volviendo a mi relato, me acerco a la
cocina porque quiero compartir con la niña, esos momentos de relax que ella se
toma. Lo hace comiendo una fruta, a modo de merienda. Con la televisión de
fondo. Así cuando me siento a su lado, comentamos cualquier cosa, ella lo
cansada que está y yo alguna broma acerca de lo que vemos en la pequeña
pantalla.
Hoy
me ha comentado algo, ¿sabes mamá que en …(cierta cadena de moda) consideran
talla grande a partir de la 40? Me deja loca. Porque sabe lo que me indignan
estas cosas. Pero cómo se puede considerar talla grande la 40. Entonces ¿qué es
lo normal?.
Entiendo
que para que exista una talla grande ha de existir una mediana, que yo diría
sería la normal, y una pequeña. Y si partimos de la 40 como grande, que
consideramos normal? La 38, la 36?
Imposible,
irreal y descabellado. Mi propia hija usa a veces la 38, a veces la 40, y
teniendo en cuenta su altura 1,70 cm (importantísimo en este sentido), está
bastante delgada, pero digamos que está bien. Pero según esa catalogación de la
marca en cuestión, ya tendría que buscar su ropa en la zona de tallas grandes.
Por
favor no arruinemos la autoestima de nuestros jóvenes. Que son todavía tan
jóvenes que resultan vulnerables a estas cosas.
Hoy además todos tienen acceso a todo tipo de
publicidad e información a través de esa pantalla mágica que no dejan de mirar,
la de sus móviles. Y lógicamente no leen en Boletín Oficial del Estado, que
también podrían, ni los comunicados del Ministerio de Sanidad, que también
podrían.
Claro
ellos leen sus cosas, las noticias referentes a gente de su edad. Y toman como
modelos a quienes creen son ideales, guapos triunfadores, delgados… Solo que no
se dan cuenta de que no son reales. Una imagen, y ellos lo deberían tener en
cuenta mejor que nadie, puede estar retocada, manipulada, arreglada y en
definitiva presentada de modo que resulte atractivo e irresistible a los ojos admirados
de nuestros chicos y chicas. Pero se olvidan de poner el subtítulo tan famoso
de “cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia”. O al menos
describir las técnicas de retoque fotográfico que se han usado. Y sin no ha
habido retoque en la fotografía, deberían hacer referencia a la preparación de
los modelos, en cuanto a maquillajes etc. (esto sí que recuerdo que se indica en
algunos reportajes, cuando mencionan al maquillador, peluqueros y marcas
usadas).
En
definitiva quiero hacer una llamada de atención, no creemos falsas expectativas,
no vinculemos el éxito o fracaso personal de nuestros jóvenes a unos cánones de
belleza que les hacen en muchos casos enfermar física y psicológicamente.
Después
de comentar sobre ello y manifestar mi indignación, mi hija no ha terminado de
darme la razón, y pienso con amargura que me gustaría de verdad conocer cuál es
su verdadera opinión acerca del tema.
Por desgracia presiento que como el resto de su generación, está más cerca de
creer que está rallando la obesidad que de estar preocupada por sus pocas
carnes.
Asun©18 de enero de 2014
Lo en la tele me igna pensar que una talla cuarenta sea talla grande, pregunto. ¿se esta potenciando la anoresia?, un abrazo
ResponderEliminarEso mismo digo yo, por favor un poco de responsabilidad. Que por desgracia no las consecuencias no son ningún juego.
EliminarBesos M, Jesús
Pues sí.
ResponderEliminarYo cogería el lema de es mejor prevenir que curar, si no se creasen esos arqueotipos sociales no acabaríamos con los problemas de salud conocidos, especialmente en las chicas jóvenes. Pero claro nos ha tocado vivir en una sociedad donde solamente juzgamos por las apariencias y así nos luce el pelo. Quizá deberíamos mirar un poco más en el interior de las personas.
En cuanto a las tallas grandes yo tengo otro tipo de problemas. Un tipo de 1 noventa y tantos no siempre encuentra lo que busca. Un saludo soñador.
Pues sí.
ResponderEliminarYo cogería el lema de es mejor prevenir que curar, si no se creasen esos arqueotipos sociales no acabaríamos con los problemas de salud conocidos, especialmente en las chicas jóvenes. Pero claro nos ha tocado vivir en una sociedad donde solamente juzgamos por las apariencias y así nos luce el pelo. Quizá deberíamos mirar un poco más en el interior de las personas.
En cuanto a las tallas grandes yo tengo otro tipo de problemas. Un tipo de 1 noventa y tantos no siempre encuentra lo que busca. Un saludo soñador.
Tienes toda la razón Manuel, sería mejor ver las cosas con mas naturalidad, y no quedarse solo con el exterior de las personas.
ResponderEliminarYa veo que eres un gran tipo, al menos en altura!!
Un abrazo
Muy buena reflexión, querida Asun, nos están acostumbrando a imágenes con muy poco de realidad y los más jóvenes pueden ser seriamente perjudicados.
ResponderEliminarAsí es las mentes jóvenes son las mas vulnerables, pero tengamos confianza en que la sensatez gane la batalla.
EliminarUn abrazo grande querida Yadira.