Se volvió dando un respingo y con la sorpresa dibujada en su cara, los ojos abiertos de par en par.
–¿Perdón?
Todavía se notaba las mejillas arreboladas y la voz temblorosa. Todo había salido bien, el casting había terminado y el puesto era suyo.
Había escuchado en cinco minutos más elogios, aplausos, sonrisas y palabras envolventes que en toda su vida. Se había sentido flotar, y aún lo estaba haciendo, tenía la sensación de estar a muchos metros por encima del suelo.
Las últimas caras que se veían en portadas habían salido de esta agencia y ahora él podía ser una de ellas.
Sólo le pareció un poco extraña la urgencia por firmar el contrato, pero claro el primer desfile era al día siguiente. Antes de poner su nombre al final de la ansiada página, pidió ir al cuarto de baño, necesitaba respirar un poco de aire fresco.
Y allí en el reflejo de la enorme luna de espejo, el representante de los modelos y jurado de las pruebas, le decía:
– No aceptes, te meterás en el laberinto y créeme, tú no eres Teseo.
Asun©06/06/14
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