El muñeco fue el primero en cerrar los ojos. Lo acarició con el mismo cuidado y
dulzura con que lo haría al niño que estaba por llegar. Duerme mi niño, duerme
mi estrella que yo te cuidaré.
Con su propio arrullo se durmió ella también.
Con su propio arrullo se durmió ella también.

Asun@30/10/14
Qué bonito. Me ha parecido un relato precioso. De los que te arrullan el corazón y desbordan ternura. Enhorabuena. Mucha suerte para el siguiente :)
ResponderEliminarGracias Juan Antonio, significa mucho para mí tu comentario.
EliminarEsta semana se me ha pasado el plazo sin enviar nada. El tiempo no me da de sí para todo lo que tengo entre manos.
Besos
Bonito texto y muy tierno, las cosas que van llegando al mundo siempre conmueven. abrazos y a por otra semana.
ResponderEliminarCuanto me alegro que te guste, ando muy liada y tengo un poco olvidada la escritura.
ResponderEliminarBesos
Es muy bonito, Asun, y da también escalofrío un poco, buen binomio ternura y fantasía.
ResponderEliminarGracias Lorenzo, me alegra infinitamente tu comentario y visita.
EliminarBesos
Tiene que ser maravilloso ser mamá. Muy tierno tu micro, Asun, te llena de buenos sentimientos. Feliz Navidad, Sotirios.(Mi relato los tres demonios y el elegido me costó un mes de trabajo me daría mucha ilusión que lo leyeras)
ResponderEliminarCualquier madre te dirá que no hay nada como ver nacer a tu hijo. Y que es el amor más incondicional que existe.
EliminarUn beso grande y en seguida voy a leerte.