Volví ya muy entrada
la noche, con mil mensajes y otras tantas llamadas ignoradas. Él me esperaba y
parecía preocupado de veras, entonces vi una caja que se movía, rodeada de un
gran lazo rosa. Dentro mi regalo, que jadeaba y daba grititos agudos.
— No sabes la pelea que tuvimos hasta que lo conseguí meter ahí.
Y es que a veces nos ponemos el barro antes de que nos pique el tábarro. ¡Mal pensados que somos!!!
ResponderEliminarBesicos muchos
Así somos todos antes pensamos mal y crucificamos al prójimo, en lugar de buscar una explicación lógica.
Eliminarbesos también
jajajaja pues la verdad que es inquietante si hay rapto de por medio.. o lo entendí mal??
ResponderEliminarbesotes
No hay nada raro, un novio enamorado y una novia celosilla.
EliminarBesos
Jajajaajaja, bueno creo que al perrito (doy por hecho de que ese era el regalo) no le hacía mucha gracia meterse en esa caja, pobrecillo, y lo que tuvo que aguantar ahí dentro mientras ella volvía a casa tras un berrinche por ser una mal pensada.
ResponderEliminarMuy divertido, Asun, me has sacado una sonrisa. Mil besitos
Siii era un perrito, pero la novia tan desconfiada, se llevó un tonto disgusto. Cosas que pasan.
EliminarBesísimos para ti, Delma.