20 pares de pies, veinte pares de talones y no sé ni calcular cuantísimos dedos. Bueno deditos, que son tan pequeños, tan gorditos, tan tiernos…
Y tan impacientes ¡qué razón tenías! Cuando me dijiste “mira que aunque te gusten los niños, esto es una batalla”. Hoy yo te diría que más que una batalla ¡es un castigo! Pero un castigo tan llevadero que no podría vivir sin él.
Ya he sacado los correspondientes calcetines, desabrochado todos los botones, bajado pantalones, quitado camisetas y ajustado los bañadores.
Ahora toca poner los gorros, mira que son antipáticos estos gorros de silicona, menos mal que con los polvos de talco es más sencillo, y aún así hay, tirones, gritos y llantos. Llevan razón no puedo evitar que se les enganche el pelo y que sus ojos parezcan todavía más rasgados.
Ya están listos.
Y todos, uno por uno, me dan un besito, por cierto, bien babeado. Ellos son así todo cariño y les gusta demostrarlo. ¿Será ese cromosoma demás, ese que los tiene marcados?
Los miro embobada, hoy mi “batalla” con ellos ha terminado.
*/*/*/
Si quieres comentar también puedes hacerlo PINCHANDO AQUÍ
Asun©9 de septiembre de 2014
Me ha encantado el relato Asun. Y cuanto más lo leo, más me gusta....es que los niños son maravillosos, y los de tu relato, mucho mas. Un beso.
ResponderEliminarEstaba segura de que te gustaría, porque se que te emocionan los relatos tiernos.
EliminarY a mi me emociona que me leas.
Un beso supergrande para que lo compartas con Alba y Quique.
Fantástico, jeje. Recuerdo cuando yo llevaba a mis hijas a aprender a nadar, qué lucha con los puñeteros gorros.
ResponderEliminarBueno está un poquito inspirado en mi experiencia con mi hijo cuando me ofrecí voluntaria a ayudar en los vestuarios de natación. Luego lo mezclé con una exposición de fotografías de niños down que vi, y le voilà salió este relato.
EliminarBesos Alberto.
Muy bonito ASUN, como siempre. Bss.
ResponderEliminarGracias Felipe, pronto nos veremos, que ya estamos de vuelta verdad?
Eliminarcualquier día tenemos concierto.
Besos