Como un bigote a lo antiguo, debajo de la nariz y una capa al estilo mosquetero. De esa guisa me presenté y pedí su mano.
Y no solo conseguí a mí pretendida, sino que desde entonces soy “La Mosca Mosquetera, la que persigue morosos por donde sea”.
Mi suegro al verme lo tuvo claro, se le encendió una vela: es un negocio próspero donde los haya, me dijo, yo mismo soy un deudor empedernido. En seguida me introdujo en los mejores círculos, gente de alcurnia con bien arraigada fama de tramposos. Un lujo de clientela. Y tan cariñosos, que yo mismo tuve que dejarme algo a deber. No quería avergonzarles.
Asun©12/09/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario
MUCHAS GRACIAS POR VUESTRAS PALABRAS.