Espero que si, que gusten. Al menos a quienes van dirigidos. Aunque ellos no me lo van a poder decir, y para cuando puedan, sus mamás los habrán guardado en el fondo de algún armario.
De nuevo comparto mis creaciones. Y esta vez desde luego bastante orgullosa, ya que me parecen tan tiernos y preciosos. Porque debéis contemplarlos como yo, viendo el inmenso cariño que va en cada punto tejido.
He de aclarar que NO VOY A SER ABUELA, que siempre hay alguien que me felicita, seguro que esta vez también, alguno que es perezoso y no lee el texto, interpreta que voy a tener tres nietecitos.
Porque tres son las joyas que he tejido este verano. A pesar de lo ocupada que he estado nadando (después de años, este verano lo he conseguido), también he tenido algún ratito para estas labores.
Para los tesoros que están por llegar:
Para Marina,
la primera que hará su aparición. Esta niña será seguro, feliz, porque su mamá es la viva imagen de la felicidad, y no es que no haya tenido contratiempos en su vida, porque tuvo uno, el peor que se puede tener, el de perder demasiado pronto a su madre. Una mala jugada del destino, que privará a esta princesita que va a nacer de haber podido conocer a su abuela, pero de ella va a llevar el nombre y mucho más, porque de alguna manera un trocito de ella va a vivir e esta niña.
Para Óliver,
el segundo que llegará ya en el otoño. Un príncipe que hará las delicias de sus papás, pero también de su abuelito, mi hermano. Porque de verdad os digo que no va a haber suficientes baberos en el mundo para recoger sus pegajosas babas. Y no digamos de la que se estrenará como tía, Clarita, por fin después de tanto y tanto insistir, ha conseguido que venga ese sobrinito!!!!!
Para Pablo,
El tercero, también en otoño, pero en noviembre. Un mes ajetreado, porque ya somos varios los que celebramos cumple en él, entre ellos sus papás, su abuelito que es mi hermano, y yo misma.
Y será otra bendición, porque su padre disfrutó de la alegría de tener una hermanita hace apenas tres años, cuando él ya tenía 25, así que fue como un ensayo para ahora seguir practicando con su propio bebé.
A todos ellos ¡Bienvenidos Tesoros!