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Mi otro blog

Espero os gusten los pequeños relatos que compartiré, así como lo que me ronde por la cabeza y me parezca importante compartir.


Ilusión

Ilusión
Que la ilusión nos acompañe todos los días del año.

miércoles, 20 de diciembre de 2017

Amelia



A mi madre me la robó una triste enfermedad y a mi padre me lo quitaron los ganadores de una guerra. Estos dos acontecimientos tan crueles, segaron mi infancia con el mismo golpe seco con que se cortaba el trigo en las llanuras de mi pueblo. Madre acompañándome con su ausencia vacía y padre con su infierno, se llevaron mi niñez desdibujando mi vida entera.
Sin embargo nunca estuve sola. Mi hermano, un ser mágico y puro me regaló toda la fantasía que una niña puede necesitar y más tarde fue la mano segura que nunca soltó la mía.
Resultado de imagen de manos enlazadasAunque algo se había roto para siempre en mí, dejándome inválida para las emociones y yerma para los sentimientos, los pude vivir a través de él.
Supe lo que era el amor porque él encontró el más verdadero y pude ser madre a través de sus hijos. En ellos me apoyé, cuando sin quererlo también cruzó al otro lado.
Hoy, cansada de una vida que se hace demasiado larga ya, pienso que la balanza está casi equilibrada y lo estará del todo cuando la mano conocida, que intuyo cada vez más cerca, me apriete con fuerza esta vez para siempre.




Relato para Esta Noche Te Cuento ENTC

miércoles, 29 de noviembre de 2017

Tu muerte, mi vida


                                                                                                                                                            Todo está lleno de luz y alegría a pesar de ser nuestro aniversario, que hoy por primera vez no vamos a celebrar. O quizás sí.
Tú lo celebrarás allí donde estés, muriendo tu muerte. Yo brindaré por ambos en nuestra casa, afortunadamente sola, donde por fin podré vivir mi vida.
Escrito por Mª Asunción Buendía

domingo, 15 de octubre de 2017

Allègro



      Como cada noche a punto de comenzar llaman a su puerta. Pegado a la pared,  queriéndose fundir con ella, tiembla. Le ocurre siempre antes de cada función. Minutos después llaman de nuevo, ahora ya con insistencia. Durante una milésima de segundo observa su cara en el espejo. Rostro de niño, ¿Soy yo? Cierra los ojos, se separa ágilmente, asiendo la barra que instalaron a instancia suya en el camerino, único capricho de un genio que no sabe que lo es. Respira hondo e improvisa un arabesque. Bien definido, piensa. Se quiere perfecto, pero duda. Vuelve a respirar y sonríe. Repasa su pelo, se ajusta las zapatillas. Un brisé de volé, brisa voladora que recuerda a sus profesores, humilde les pide mentalmente perdón por sus errores.
     Ya está listo.
     Sale del camerino y es llevado como en volandas por sus compañeras, que corretean en balancé a su lado.
    Un atronador sonido se apodera del teatro, la ovación parece no tener fin, hasta que deja paso a suaves acordes de flauta. Un solo foco enciende la soledad de la pequeña figura que reina en el escenario y un solo pensamiento se adueña de todos los presentes.
Inmenso. 

Relato para Esta Noche Te Cuento, podéis comentar A Q U Í

jueves, 20 de julio de 2017

Madre putativa

Imagen relacionada 















                                 

De todo lo que me habré perdido en la vida, lo único que siento es no haber sido madre. Mi cuerpo me negó esa posibilidad y ahora, cerca de la cincuentena, ni quiero solventar este tema, ni siento que mi humilde ADN no vaya a ser heredado. Sino que tener conciencia de esta carencia, ha sido crucial para inclinar mi carrera hacia ellos, los niños. Estos que en nuestros papeles aparecen con un triste genérico que los engloba a todos: “menores”. Ya sean tiernos infantes o adolescentes con más meneo que los toros bravos en su pradera. Me ocupo de sus cuitas, unos con historias demasiado grandes para cuerpecillos tan pequeños e inocentes y otros que, cual pandemia infausta, arrasan todo a su alrededor. Me implico, a menudo demasiado, y el resultado es que me parece haber parido muchísimas veces. Muchas más de las que la biología me hubiera permitido.

sábado, 21 de enero de 2017

Óliver y Vega



    
     Ladridos a medio camino entre fieros y desesperados me despertaron. Esta vez era una joven la que se acercaba al refugio. Estaba asustada, evitaba mirarnos, pero cuando lo hizo se fijó en Golden. Mal asunto. Su apariencia inocente ocultaba a un verdadero asesino. Llegó molido a palos y estoy seguro de que mereció todos y cada uno, pero es perro viejo y sabe embaucar. La muchacha pregunta y le señala. No puedo permitirlo, me adelanto, doy muestras de afecto e interés. Consigo mi objetivo y me lleva a mí a su casa. Por el camino me bautiza, Óliver.
     Vega me presenta a su madre, ella es el verdadero motivo de que yo esté allí. Soy su último cartucho. Debo hacerle compañía y sacarla del mutismo en el que se hunde cada vez más. Gesto ausente, pero semblante sereno. Me acerco, olfateo, rozo mi trufa húmeda en su rodilla y cruzamos nuestras miradas. Posa su mano en mi lomo, como si siempre hubiera estado junto a ella. Me dejo hacer mirando de reojo a su hija, que por primera vez sonríe ilusionada. Yo sonrío también por Vega, siento que ella es la verdadera rescatada. Por fin todos encajamos en el puzle. 

 Relato para ENTC, puedes comentar AQUÍ
Asun©21 de enero de 2017
Imagen: Dalton

miércoles, 11 de enero de 2017

La empresa



Imagen relacionadaLa empresa

     En un principio no sabía qué decir, era una encerrona y todos me miraban. Estaba en la peor empresa imaginable. No me gustaba el trabajo, odiaba sus  horarios y por supuesto, me caían fatal todos mis colegas. El jefe que se llamaba Don Juan era el peor de todos, se había metido en mi vida de manera imperdonable. 
     Pero delante de aquél cura, con los compañeros por testigos y con un irresistible Don Juan a mi lado poniendo delicadamente un diamante en mi dedo, dije que sí, sí quiero. 
     No parecían tan odiosos, al final.


Asun©8 de enero de 2017
Imagen de la red